La lectura es, dentro de la cultura occidental, desde antaño una metáfora muy usada para significar los actos de desciframiento y comprensión. No solo se leen textos, sino que casi todo lo que implique un procedimiento hermenéutico es susceptible de comprenderse desde la lectura. Entre otras cosas, se lee el funcionamiento del mundo y la realidad, se leen personas, cuerpos y fisonomías, se leen imágenes, cuadros, producciones visuales, se leen huellas y rastros, se leen ausencias y silencios. Son varios los textos que pueden considerarse canónicos sobre la lectura y el acto de leer. Desde las clásicas novelas El Quijote y Madame Bovary, donde la lectura lleva a perderse en el mundo de la ficción e imponerla sobre una realidad que resulta mucho más profana, hasta ensayos como “Desembalando mi biblioteca” de Walter Benjamin, El último lector de Ricardo Piglia o Cómo hablar de los libros que no se han leído de Pierre Bayard.
Desde que la interdisciplina se ha convertido en un elemento ineludible dentro de los estudios literarios y la presencia de premisas propuestas por los estudios culturales forman parte de su acervo habitual, nos parece importante volver a la pregunta de la lectura y las diversas modalidades que puede desplegar. ¿Qué implica leer un objeto o una producción artística? ¿Cuáles son las diversas maneras en que pensamos ese acto de leer? ¿Cómo pueden leerse diversos lenguajes y qué desplazamientos emergen en los cambios de un lenguaje a otro? ¿Qué significa leer en una época donde el lenguaje entendido desde el modelo letrado parece perder importancia y es sustituido por un mundo donde la imagen cobra centralidad? ¿qué ocurre con la lectura en una era digital, que introduce nuevas formas de producción y de recepción de textos? ¿Se leen las imágenes de las mismas maneras que las palabras? ¿Puede equiparase sin más la lectura con la idea de desciframiento? ¿Qué formas de lectura pueden identificarse? ¿Cómo se representa el acto de leer, los y las lectoras en la literatura o en otras prácticas artísticas?
Este catálogo de preguntas solo sirve de primera orientación para la aproximación a una problemática que tiene muchas potenciales aristas, que invitamos a explorar en conjunto. Una de ellas tiene que ver con diversos modos de lectura que pueden ser identificados históricamente: leer en voz alta, leer en público, lecturas comunitarias, por un lado, y lecturas individuales y silenciosas por el otro, como lo plantea Benjamin en El narrador. Pero también lecturas que sirven para afianzar valores conjuntos y modelos identitarios, versus lecturas que operan de forma solipsista. Lecturas que se piensan desde el peligro -desde textos prohibidos hasta el efecto enfermizo de la lectura- o, contrariamente, desde lo ideológico y pedagógico. Leer como aventura, viaje y escape, o leer para agudizar la conciencia. Leer para aprender o para desaprender, para encontrarse o perderse; leer de forma suspicaz, o, por el contrario, leer obedientemente.
Convocamos de manera amplia a revisitar un problema central de los estudios literarios y culturales: el tópico de la lectura.
Posibles ejes temáticos a ser recogidos son:
- Modelos históricos de leer
- Leer textos, imágenes, objetos
- Leer como acto hermenéutico de desciframiento
- Distintos tipos de lectores
- Figuraciones y representaciones de la lectura
- Escenas de lecturas en la literatura
- Leer mal, leer a contrapelo, leer entre líneas
Se invita a la presentación de ponencias individuales (de 20 minutos máximos) o de mesas (de hasta 4 integrantes). Enviar abstract de máximo 200 palabras con título, nombre completo del/la ponente y filiación universitaria (en caso de propuestas individuales) y además una descripción breve de máximo 400 palabras para las mesas.
Fecha límite para el envío de los abstracts: 6 de septiembre del 2024 / aviso de aceptación: 1 de octubre de 2024.
Correo: modosdeleer@gmail.com
ORGANIZAN
Magíster en Literatura Comparada
Departamento de Literatura